Gypsophila paniculata

Hoy tenia que explicar a los compañeros del departamento comercial la diferencia entre los distintos puntos de apertura de a paniculata, y he pensado que, mejor lo pongo en el blog, y alguien más se puede beneficiar de este conocimiento, ¿ no ?

Grados de madurez

Uno de los parámetros que definen las partidas de paniculata es el punto de apertura de la flor.

En este caso, al tratarse de flores “en racimo”, el punto de apertura se refiere a la media de cada una de las piezas de la inflorescencia, en conjunto.

Si atendemos a la clasificación de la subasta holandesa, que va del 1 al 5 ( desde muy cerrada a totalmente abierta ), las dos medidas que manejamos habitualmente son punto entre 2 y 3 ( se abrevia como 23 ) y punto entre 3 y 4 (se abrevia como 34).

Las referencias en Italia y en Ecuador se hacen como un tanto por cien de flores abiertas con respecto al conjunto. Esta serian las equivalencias:

La paniculata que traemos de ecuador, la pido abierta al 90%. El aspecto general es el que estamos acostumbrados: flor completamente abierta. Abrirla tanto conlleva un cierto riesgo, pues es posible que algunos capullos se pasen, afeando el conjunto. Por ello, se cotiza más la flor cuanto más abierta se vende, sin pasarse.

Para no fallar, algunos productores ( nacionales, africanos ) la cortan pronto, ( punto 23 ) y aseguran la frescura. Sin embargo, el aspecto general es más pobre.

Asimismo ocurre que, cuando la flor de la gypsophila se pasa, se vuelve a cerrar sobre si misma. Podría darse el caso de que, un ramo de flor “joven” y otro “viejo” parecieran estar igual de mal. La forma de distinguirlos es mirar la frescura de los tallos y las hojas, así como oprimir los capullos cerrados entre los dedos y observar si sueltan “agua”: eso significaría que la flor es recién nacida. Por el contrario, si se deshace entre las manos sin manchar, es flor vieja.

Conclusión: es importante fijarse en el punto de apertura que ponemos al lado de cada partida, para saber que es lo que estamos comprando, y evitar recibir un producto en un estado de maduración que no deseamos.